Al término de haber pronunciado mi discurso de triunfo contundente, inmediato al resultado preliminar de la elección, recuerdo bien, me abordaron algunos medios para entrevistarme.

No cabía de felicidad, entre las preguntas y respuestas, no podía dejar de pensar en cuanto cambiaría mi vida, aunque ya muchos procesos políticos he vivido, cada uno de ellos trae consigo nuevos retos y por tanto nuevas emociones.

Estaba concluyendo la entrevista, para posteriormente dirigirme a una reunión con el equipo de campaña, que por cierto ya me estaban esperando todos felices. Cuando a lo lejos escucho una pregunta que captó mi atención de sobremanera:

• ¡Candidato!, ¡Candidato!, ¡una última pregunta! ¿Qué hizo usted para ganar?

De momento, la pregunta me pareció absurda y fuera de lugar. ¿No se supone que los medios han dando seguimiento a toda la campaña?… Al mirar la cara de aquel reportero (un tipo mayor, que a leguas se notaba experimentado y que muy probablemente hizo esa pregunta para que fallase), me hizo regresar al ahora.

Lo invite a atender sus preguntas durante el trayecto a mi próxima reunión, lo que le pareció desconcertante al principio, -al juzgar por su cara-, pero nada que no se pudiera arreglar rompiendo el hielo con un par de bromas al abordar la camioneta.

Sin más preámbulo, comencé a contestar la pregunta que tanto llamo mi atención, le anticipe que la respuesta sería larga. Él, -de forma vaciladora-, acepto alardeando a su falta de opciones.

– A lo largo de mi vida en la política, he podido constatar que lo que vendemos a los demás, a la gente, al partido y a nuestro equipo, siempre es esperanza, esperanza de que se vean involucrados en un proyecto que comulgue con sus ideas; pero sobre todo que te perciban como el vehículo correcto, el vehículo que lo hará posible. Tu imagen es lo que vendes.

– En una ocasión recuerdo, me encontraba visitando a unos familiares cerca de casa, cuando de repente se acerca una joven:

• Yo a usted lo conozco, ¿usted es el que da despensas a madres solteras verdad?, lo vi en el face de mi amiga.

– Siendo francos, no pude simular mi cara de gusto al saber que alguien que jamás había visto me reconociera; ¡pero no, no soy esa persona!, yo quiero que me reconozcan como aquel que busca ayudar a la gente, ser reconocido como quien tiene un mejor proyecto para nuestra comunidad, o como el siguiente candidato y no, como el que da despensas.

– Me llevé la conversación de tarea, le estuve dando muchas vueltas a lo sucedido, creo que en el fondo siempre supe cómo resolver lo que me aquejo por días, por lo que decidí tomar acción y atenderlo de una vez por todas…

– Al cabo de unas semanas, entendí la importancia de la imagen, si bien ya la tenía presente, se abrió mi panorama enormemente. La imagen, se integra por varios elementos como lo son: cuál es tu esencia como persona, cuál es tu propósito, el cómo vistes, cómo hablas, lo que dices, cómo te expresas con el cuerpo, quienes te rodean, tus vínculos políticos, el contexto en el que te encuentras, etc. 

– La imagen en un aspirante político, debe ser resultado de un conjunto de esfuerzos estudiados, planificados y justificados por el objetivo, para lograr congruencia y que la gente nos perciba tal cuales queremos nos perciba.

Para entonces, él escuchaba incrédulo, parecía no encontrarle relación con la pregunta que había hecho-. Y aun así, continué…

– Si bien es importante la imagen que tienen acerca de mí; me mostraron que comunicar correctamente, es aún más importante, dado que todos los esfuerzos realizados en lograr una imagen coherente, se ven anulados ante una mala comunicación digital.

– Sí. No importa cuán buena imagen tenga, cuán importante sea el proyecto, no importa cuántos deseos de ayudar a la gente tengamos… si no contamos con una buena comunicación digital.

– Aunque existen diferentes medios de comunicación, la comunicación digital y en particular las de las redes sociales, resulta ser muy eficiente, veloz y económica; ahí es donde confluyen tantos grupos e intereses de la gente, es como si estuvieran convocados permanentemente en eventos, esperando a que les hables…

– Ah, pues la joven que comentaba hace unos minutos, me conoció a través de las redes sociales, es un medio muy poderoso, “pero es indispensable saber comunicar”, dado que me conocía, es cierto, pero no como necesitábamos, esa es la pequeña gran diferencia entre ganar o perder.

– Siendo honestos, antes de ocuparme en resolver los problemas originados por el desconocimiento de la imagen, la comunicación y su estrategia; el trabajo que desempeñaba mi equipo, me parecía bastante bueno; constantemente subíamos fotografías, elaborábamos publicaciones describiendo nuestras actividades, las redes crecían, recibíamos muchos likes.  ¡Y error!

La falta de expertise en ese sentido, nos invadía y no había hecho nada al respecto.  

– Las redes sociales, cuentan con un grado impresionante de penetración entre la gente, nos permite estar en sus casas, en sus trabajos, en sus trayectos. La gente puede permitirnos trasmitirles emociones a través de videos, fotografías, audios, contrastar ideas, posicionarnos dentro de sus preferencias, en fin. ¡Sin tener que hacerlo presencialmente!

– He tenido la fortuna de conocer e interactuar con mucha gente, y pese a las numerosas giras, visitas y eventos, jamás se podrán comparar con el alcance de las redes. El trasmitir mensajes y proyectar la imagen que de verdad quieres dejar en la gente, es una ventaja, la cual no muchos logran conseguir.

– Ahora que te he compartido esto, te resultará fácil verificarlo.  Le comenté…

Él, abruptamente, se esforzó por tomar de su bolsillo el teléfono celular, sin percatarse de que habíamos llegado, y preguntó: 

– ¿Y que fue eso de tomar acción y resolverlo?

Sonriendo, negué con la cabeza, esquivando la respuesta. Para lo que él me respondió inmediatamente en un esfuerzo de no presionar respuesta alguna. Claramente ya lo sabía…, y replico dejándome perplejo con su respuesta:

– ¡Entiendo!, ahora en el nuevo contexto social, todos los aspirantes, candidatos y gobiernos están contratando consultores en marketing político digital, es lo más sensato, y en su caso, ¡contrato certeza!

– ¡Enhorabuena!, muchas felicidades…